El Reyno de Portugal crea problemas

El rey Sancho I Adefónsez de Portugal, sucesor de Alfonso I Enríquez, desde 1185, preocupado porque el acuerdo de Carrión de los Condes entre los dos Alfonsos incrementaba la debilidad del territorio y la demografía portuguesas, buscó el apoyo de su cuñado Alfonso II de Aragón, para presionar a Castilla reivindicando tierras en Ariza. En el verano de 1189 reunió en la desembocadura del río Tajo un gran ejército que llevado hasta Portimao (19 de julio) rindió y saqueó Silves (1 de septiembre), las riquezas conseguidas defraudaron las esperanzas del portugués; por estas mismas fechas Alfonso VIII llegaba hasta Alcalá de Guadaira. El 23 de abril de 1190 el khalifa almohade Abu Yusuf Yaqub, personaje famoso por sus terribles represiones, desembarcó en Tarifa, Sancho I de Portugal se encontró sólo frente al sarraceno, que conquistó Torres Novas quemando las cosechas, pero, en Tomar, los templarios se tomaron la revancha de la derrota palestina de Hattin, Yaqub regresó a Hispalis-Sevilla enfermo de disentería. El “Miramamolín” mahometano (barbarismo con el que los cristianos traducían el título del khalifa almohade, “amir al-mu minim” o “caudillo de los creyentes”) se veía en la obligación militar de abrumar con el número la superior calidad militar de los politeístas.

“Para proveerse de dineros Alfonso IX había hecho, en 1190, importantes concesiones al obispo Manrique de León y a su iglesia de Santa María en el pleito que sostenía con el monasterio de san Isidoro” (J. M. Fdez. Catón). Alfonso VIII se perfilaba como el jefe supremo para la gran confrontación contra los almohades. Así surgió la idea de constituir una especie de confederación para frenar la ambición depredadora del rey de Castilla. En Borja se van a entrevistar Sancho VI “el Sabio” de Navarra y Alfonso II de Aragón, 7 de septiembre de 1190. Alfonso IX de León decidió casarse con Teresa de Portugal (hija de Sancho I de Portugal y Dulce de Aragón), el obispo Juan de Oviedo se opuso por razón de parentesco próximo, ya que eran primos carnales. Teresa aceptó el matrimonio como una obligación política, dada su evidente vocación religiosa. La boda se celebró en Guimaraes (15 de febrero de 1191). Teresa y Alfonso IX tuvieron tres hijos de nombres Sancha, Fernando y Dulce. El 12 de mayo de 1191, en Huesca, se concertó una gran alianza, en la que todos se otorgaban ayuda recíproca contra la obvia prepotencia castellana, sin realizar paces por separado. No se trataba de luchar contra Alfonso VIII , sino de impedir que el rey de Castilla negociase con cada uno individualmente, imponiendo a todos su hegemonía. Se repartían zonas lógicas de reconquista y se impedía que el más poderoso desbordara otras fronteras “manu militari”. En abril de 1191, Yaqub provocó una verdadera desbandada entre las poblaciones cristianas al sur del río Tajo; Silves sucumbió el 10 de julio y los almohades realizaron una gran matanza. Alfonso IX dio por perdido Cáceres, Alcántara y la Transierra y se dedicó a fortalecer a la Orden de Santiago. Yaqub enfermó y creyó morirse, por lo que negoció una tregua de cinco años con Sancho I y Alfonso IX , que fue respetada.

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