POEMA EN CASTELLANO

En la demora del tiempo

oscurece la tarde,

las horas no pasan

y enmudecen los recuerdos

alegándole a la historia

tormentas de olvido

en truenos repetidos,

como rayos sin destino

sobre calma que agoniza

en vuelo de golondrina

que en mi casa no anida,

patios y jardines

sin voces ni saltos

ni niñez ni adolescencia

ni besos en los rincones,

solo bancos para seniles,

yace el futuro.

¡Despertemos!

¡Llïonés, llïoneses, luchemos!

¡León se muere!

Por donde trascurren las aguas

que acogieron las lágrimas,

que lavaron nuestro sudor

y ahogaron nuestras penas,

ahora navegan barcos piratas

con capitanes de pata de palo

y tuertos con colmillos de Drácula

que chupan nuestro mañana,

sangre de reinas y reyes

que en las noches sin luna

y amaneceres sin sol

corre por las venas

de nuestros pueblos y calles,

carentes de luz

atraviesan las pupilas

y rompen las miradas

arrodillando nuestro futuro.

¡Levantémonos!

¡Llïonés, llïoneses, luchemos!

¡León se muere!

Mendigo de suspiros

y de promesas atrasadas

en los vaticinios del papiro

que marcara nuestro camino,

hoy vuelvo al pasado

de papeles ajados,

añorada soledad

que no me diste oportunidad,

nunca León se sintió

más aislado y solo

que con castilla,

verdugos insípidos

azotando cicatrices,

treinta años de miseria,

que en este país

nunca cumplió tanta condena

ni el peor de los asesinos.

¡Vivamos!

¡Llïonés, llïoneses, luchemos!

¡León se muere!

Tierra moribunda,

ropa rota, alma vendida,

pasos sin dueño, profunda herida,

incomprensible etnocidio,

hoy somos infierno

a la espera de los altaneros

para saldar sus cuentas

con justicia de piedra,

injustos con alma de arena,

callasteis nuestros gritos,

ahogasteis nuestras esperanzas,

pisasteis nuestras razones,

mas nunca podréis silenciar

los latidos de nuestros corazones,

forjemos nuestro destino

nuestros ancestros

nos lo demandan.

¡Juntémonos!

¡Llïonés, llïoneses, luchemos!

¡León se muere!

Fragancia de flores secas

encunando las leyes,

guerreros sin lanzas,

mujeres de luto, bandera negra,

poetas sin sitio

ni lugar donde acomodar

las letras de la verdad,

solo el frío del rocío

me invita a soñar

con la espada de la libertad,

se escurre la tinta

en el recio beso de la pluma

y la plegaria del adiós

en la antesala de la muerte,

por amarte León

me voy contigo,

te llevo conmigo.

¡Soñemos!

¡Llïonés, llïoneses, luchemos!

¡León se muere!

© Ánxel ®

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