José Manuel Diez Alonso
Es mi propósito observar las banderas de León desde la vexilología y la antropología. Entiendo como punto de vista antropológico el que consiste en estudiar la bandera como un símbolo con significados sociales y culturales para la comunidad humana que la crea, hacia la que se orienta y en la que cumple diversas funciones.
Desde la perspectiva antropológica, son cualidades de los símbolos el dinamismo, la ambigüedad, la condensación y la polisemia. El dinamismo supone que los símbolos no son fijos, sino inestables y cambiantes, tanto en sus formas como en sus significados:
“habría que renunciar de una vez por todas a tomar los significados de los símbolos como definitivos. Se cree a veces que determinadas formas originarias mantienen los significados primeros a lo largo del tiempo como si quedara en ellas una especie de señal indeleble. Más bien se trata de renovaciones o incluso de reinvenciones (…)” (Velasco 2007: 17)
La ambigüedad alude a la falta de un sentido preciso, según una de las tres propiedades que David Kertzer aplica a los símbolos verdaderos, junto con la condensación de significados1, -ideas variadas que convergen en un símbolo, lo que apreciamos en especial en las banderas- y la multivocalidad o polisemia, es decir, que los símbolos abarcan gran variedad de significados (Lewellen 2009:102).
Veremos los diseños de las banderas leonesas y algunos apuntes sobre qué uso le dan y qué significado le confieren a las banderas de León, tanto las instituciones político-burocráticas como otros actores políticos y sociales. El estudio no sólo es sincrónico y contemporáneo, sino que, dadas las características de las banderas como símbolos en los que apreciamos continuidad temporal, es conveniente, y más en el caso leonés, rastrear, en la medida de lo posible y con cierto escepticismo dada la escasez de fuentes, los rasgos culturales del pasado como Historia, es decir, el relato ideológico que ofrece a los leoneses una continuidad simbólica con un pasado que se reivindica como propio. El título en plural de este ensayo apunta tanto a la polisemia del topónimo León como a la variedad de diseño de las banderas, pendones y estandartes que los leoneses han tenido y tienen como propios.